La mentira Nº 5, hace referencia a la indiferencia que les crea lo que otros hagan. Citando la contestación al recurso:
En el recurso como anexo aparecía un resumen de diferentes indicadores públicos, que habían sido deflactado para este año 2011.
El objeto de la comparación con otras instituciones, no está en aplicar sus criterios, sino en mostrar que la actualización de los importes económicos es una práctica general en el resto de organizaciones privadas y públicas, departamentos del Gobierno de Navarra, o las políticas de becas del Ministerio de Educación o del Gobierno Vasco. Práctica muy extendida y popular, a excepción de los técnicos del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, que no lo conoce o no quieren aplicarla. Conocer que cualquier bien o servicio que se exprese en unidades monetarias, su valor variará con el tiempo, no es ningún descubrimiento. No es lo mismo euros de hoy que euros del próximo año. No considerar el desgaste por la inflación es un error de gestión, no un principio de actuación. Para que las cosas sigan igual las cantidades monetarias se tendrán que variar por lo menos igual que la inflación. Salvo que por política concreta, buscada, y deseada, y ordenada de dificultar, reducir, restringir el acceso de los navarros a las becas, algo que no se desprende de la actitud del Gobierno de Navarra, ni del Parlamento.
Actualizar los parámetros con la inflación no es un tema de política sino de gestión. Y que podríamos resumir en que cualquier parámetro económico queda devaluado y erosionado por la inflación, si estos no son deflactados, las políticas que se deriven y practiquen, irán separándose de la realidad. Basta con ver el creciente número de solicitudes, la casi congelación del número de beneficiados, y el sobrante del presupuesto de becas. Si en el 2006 el 62% de los estudiantes que solicitaban una beca les era concedida, hoy ese ratio ha descendido al 54%.
Esto no puede calificarse como de buena gestión.
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